Foto de Paco Rodríguez.
«Tengo unas
ganas de volver que muero», dice Alborán ante su concierto de esta noche.
Parece que habla por inercia, pero no. Lo
hace de corazón. Como casi todos los artistas a los que se pregunta sobre su
último concierto en el sitio al que vuelven, Pablo Alborán se deshizo en
elogios sobre Pontevedra. Lo hizo durante la conversación que mantuvo con La
Voz antes de su espectáculo, que esta noche, a partir de las 22 horas, inundará
de música el recinto exterior del Pazo da Cultura.
Y lo hacía de verdad. Lejos de seguir una pauta más que aprendida,
el malagueño hablaba de verdad. «Uau» fue la primera palabra que dijo cuando
echó la vista atrás para recordar el show que ofreció en el 2012. El escenario
fue el mismo que el que esta noche volverá a dar la bienvenida a uno de los
cantantes y compositores más famosos de la década. Solo que aquella vez fue
dentro e íntimo, y esta será en el exterior, y estará cargado de variedad y de
sorpresas.
Será «un concierto de dos horas en donde pasará de todo,
literalmente. Nos ponemos a bailar todos -confiesa entre risas-. He puesto a
bailar a todos mis músicos; me quieren matar. Pasamos del baile al acústico,
donde nos mantenemos algunas canciones; luego una más roquera, otra más
jazzística, una más de percusiones, con instrumentos de vientos que le dan un
toque muy rítmico. A mí los vientos me transmiten buen rollo». Es el adelanto
que el propio artista se atreve a aventurar del espectáculo musical y visual
que ofrecerá esta noche en la ciudad del Lérez.
Con ganas
de volver
«La idea es que la gente se lo pase bien, que se olvide de los
problemas, de los desamores, de los problemas económicos, de los que hay en la
calle, y que nos olvidemos de todo durante dos horas», asegura, con la voz
cargada de energía y de convicción. «Que entre todos paremos el tiempo, esa es
la idea», asume como reto con ilusión no disimulada.
Si es a orillas del Lérez, mejor. Por varias razones. Para
empezar, en su primer concierto en el Pazo «hicimos un acústico maravilloso y
la verdad es que lo recuerdo con mucho cariño porque fue muy especial». Tanto
que se aventuró a estrenar «una canción de Antonio Vega que me apetecía mucho
cantar. Yo en los conciertos no suelo hacer versiones, pero me acuerdo que allí
la hice. Era mágico poder tener ese concierto acústico; fue bonito». Solo los
testigos presenciales podrán averiguar si esta noche, finalmente, el malagueño
vuelve a regalar a Pontevedra algún tema nuevo que inmortalice la fecha, no
solo para sus fans, sino para el propio músico.
Y eso que el cariño que tiene a la ciudad del Lérez le viene
directamente de su órgano más sensible: la música. «De Pontevedra sé que tenéis
un festival de jazz espectacular, que creo que se hace en la plaza del Teucro,
he visto un par de deuvedés, y que tengo unas ganas ya de volver que te mueres,
imagínate».
La imaginación queda en manos de sus fans, a las que no hay quien
gane en originalidad y perseverancia. Sobre todo, en esto último. Buena prueba
de ello son las cuatro noches que dos jóvenes de Vigo llevan durmiendo en la
tienda de campaña que instalaron en la zona ajardinada del Pazo da Cultura.
Todas son
protagonistas
Querían ser las primeras, y ese logro ya no se lo quita nadie.
Como tampoco le quitarán a Laura el mérito de celebrar su primer año de carné
de conducir viajando en coche desde Barcelona a Pontevedra con tres amigas más.
Solo para verlo y cruzarse dedicatorias: él sus canciones, ellas todo lo demás.
Él lo hará desde un escenario de 24 metros de ancho por 12 de
profundidad a través de 100.000 watios de luz y sonido y un potente equipo de
vídeo. Ellas desde un recinto de 6.000 metros cuadrados que comenzarán a ocupar
a las 20.30 horas, cuando se abran las puertas, y ensordecerán con sus coros a
partir de las 22 horas, cuando el joven cantante salga a escena y eclipse por
unas horas cualquier otro acontecimiento. Es lo que ocurre cuando el tiempo se
para y solo Pablo Alborán decide cuándo vuelve a ponerse en marcha.
El malagueño llenará la explanada del Pazo con sus éxitos a partir
de las 22 horas.
0 comentarios:
Publicar un comentario