Por Claudia Marí / DIARIO de IBIZA.
Foto de Pau Ferragut.
Cientos de personas disfrutan de un concierto en el que Alborán se «deja la piel» - Algunas fans esperaban desde primera hora en la calle
Fue hacer su aparición y decenas de móviles se pusieron a grabar el instante, mientras cientos de personas aplaudían alborozadas y se sucedían los gritos de las jóvenes. Ante un público mucho más numeroso que el que día atrás había acudido a presenciar a Alejandro Sanz, Pablo Alborán ofreció anoche un concierto en el campo de fútbol de Can Misses que entusiasmó a sus fans. Ya lo prometía en los primeros compases: «Tengo muchas ganas de actuar en Ibiza y voy a dejarme la piel», dijo Alborán al presentarse, tras interpretar sus dos primeros temas. A tenor de los aplausos, no defraudó.
El concierto empezó con diez minutos de retraso, pero algunos llevaban esperándolo muchas horas. Un grupo de fans de Pablo Alborán aguardaba ayer por la mañana en la acera del campo de fútbol de Can Misses la actuación de su ídolo. Cinco de estas incondicionales incluso habían pasado allí la noche: 24 horas al raso para conseguir el mejor sitio en el primer concierto que ofreció el cantante en Ibiza.
«Lo que nos extraña es que no haya nadie haciendo cola solo un día antes del concierto. En la Península la gente hace colas dos o tres semanas antes», explicó perpleja Mónica, una joven procedente de Granada que ha viajado a la isla solo para ver el concierto. «Tal cual bajamos del avión nos plantamos aquí delante, y mañana [por hoy] volveremos a casa», comentó entre risas. A las 22 horas del miércoles, las jóvenes llegaron al estadio de Can Misses y acamparon sobre unas colchonetas hinchables de playa. «La mía encima está pinchada», contó Mónica, que viajó con una amiga de Barcelona, Cristina, que también ha venido a Ibiza solo para ver a Pablo Alborán.
Laura, Crisia y Mar vienen de Mallorca. Al igual que Cristina y Mónica, también se han desplazado a la isla solo para ver el concierto, aunque aseguraron que ya han visitado Ibiza en otra ocasión. Llegaron anoche y durmieron sobre cartones cubiertos por toallas. Además, también trajeron sombrillas para protegerse del sol.
Las jóvenes tuvieron suerte, ya que si se hubieran repetido las lluvias torrenciales del día anterior no hubieran podido acampar. «Vimos todos los charcos cuando llegamos, aunque por suerte hoy [por ayer] hace un día muy bueno», comentó Laura.
Según las jóvenes, pasar tantas horas esperando se hace un poco pesado a veces, pero aseguran que jugando a las cartas, durmiendo y hablando termina siendo ameno. «En Mallorca hemos llegado a pasar el rato hasta jugando con una pelota del playa», comentó entre risas Laura. Además, también explicaron que es una forma «de conocer gente».
Todas las jóvenes coincidieron en que estar en primera fila tiene sus ventajas: «No aguantas el agobio de estar en medio, te puedes apoyar en la valla y el cantante se fija más en ti», contó Laura, quien también mostró su asombro por la poca gente que había. «He oído que Alejandro Sanz no llenó ni la mitad del estadio la semana pasada, en cambio en la Península y en Mallorca llenan y las entradas se agotan en seguida. Parece que la gente de Ibiza no es muy de ir de conciertos», sentenció.
«Nosotras fuimos al concierto de Pablo Alborán de Mallorca y había mucha gente, las entradas se agotaron en seguida», explicó Crisia. Las jóvenes, que llevaban comida y bebida para pasar el día, tenían que ir a las piscinas municipales si querían ir al baño, ya que la organización no puso cabinas de servicios.
Más tarde, a las 10 horas, llegaban un grupo de tres adolescentes a hacer cola, preparadas con sus bocadillos y refrescos. «No hay nada que hacer en verano en Ibiza, así que venimos y hacemos cola por si acaso hay mucha gente, para poder estar en primera fila», comentó María, residente en la isla. Su amiga, Aroa, explicó que era la primera vez que iban a ver un concierto de Pablo Alborán.
«El otro día fuimos a verlo a su hotel pero no se quiso hacer una foto con nosotras», contó indignada Aroa, quien se enteró de donde se alojaba el cantante porque un familiar trabaja en ese hotel.
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Foto de Pau Ferragut.
Cientos de personas disfrutan de un concierto en el que Alborán se «deja la piel» - Algunas fans esperaban desde primera hora en la calle
Fue hacer su aparición y decenas de móviles se pusieron a grabar el instante, mientras cientos de personas aplaudían alborozadas y se sucedían los gritos de las jóvenes. Ante un público mucho más numeroso que el que día atrás había acudido a presenciar a Alejandro Sanz, Pablo Alborán ofreció anoche un concierto en el campo de fútbol de Can Misses que entusiasmó a sus fans. Ya lo prometía en los primeros compases: «Tengo muchas ganas de actuar en Ibiza y voy a dejarme la piel», dijo Alborán al presentarse, tras interpretar sus dos primeros temas. A tenor de los aplausos, no defraudó.
El concierto empezó con diez minutos de retraso, pero algunos llevaban esperándolo muchas horas. Un grupo de fans de Pablo Alborán aguardaba ayer por la mañana en la acera del campo de fútbol de Can Misses la actuación de su ídolo. Cinco de estas incondicionales incluso habían pasado allí la noche: 24 horas al raso para conseguir el mejor sitio en el primer concierto que ofreció el cantante en Ibiza.
«Lo que nos extraña es que no haya nadie haciendo cola solo un día antes del concierto. En la Península la gente hace colas dos o tres semanas antes», explicó perpleja Mónica, una joven procedente de Granada que ha viajado a la isla solo para ver el concierto. «Tal cual bajamos del avión nos plantamos aquí delante, y mañana [por hoy] volveremos a casa», comentó entre risas. A las 22 horas del miércoles, las jóvenes llegaron al estadio de Can Misses y acamparon sobre unas colchonetas hinchables de playa. «La mía encima está pinchada», contó Mónica, que viajó con una amiga de Barcelona, Cristina, que también ha venido a Ibiza solo para ver a Pablo Alborán.
Laura, Crisia y Mar vienen de Mallorca. Al igual que Cristina y Mónica, también se han desplazado a la isla solo para ver el concierto, aunque aseguraron que ya han visitado Ibiza en otra ocasión. Llegaron anoche y durmieron sobre cartones cubiertos por toallas. Además, también trajeron sombrillas para protegerse del sol.
Las jóvenes tuvieron suerte, ya que si se hubieran repetido las lluvias torrenciales del día anterior no hubieran podido acampar. «Vimos todos los charcos cuando llegamos, aunque por suerte hoy [por ayer] hace un día muy bueno», comentó Laura.
Según las jóvenes, pasar tantas horas esperando se hace un poco pesado a veces, pero aseguran que jugando a las cartas, durmiendo y hablando termina siendo ameno. «En Mallorca hemos llegado a pasar el rato hasta jugando con una pelota del playa», comentó entre risas Laura. Además, también explicaron que es una forma «de conocer gente».
Todas las jóvenes coincidieron en que estar en primera fila tiene sus ventajas: «No aguantas el agobio de estar en medio, te puedes apoyar en la valla y el cantante se fija más en ti», contó Laura, quien también mostró su asombro por la poca gente que había. «He oído que Alejandro Sanz no llenó ni la mitad del estadio la semana pasada, en cambio en la Península y en Mallorca llenan y las entradas se agotan en seguida. Parece que la gente de Ibiza no es muy de ir de conciertos», sentenció.
«Nosotras fuimos al concierto de Pablo Alborán de Mallorca y había mucha gente, las entradas se agotaron en seguida», explicó Crisia. Las jóvenes, que llevaban comida y bebida para pasar el día, tenían que ir a las piscinas municipales si querían ir al baño, ya que la organización no puso cabinas de servicios.
Más tarde, a las 10 horas, llegaban un grupo de tres adolescentes a hacer cola, preparadas con sus bocadillos y refrescos. «No hay nada que hacer en verano en Ibiza, así que venimos y hacemos cola por si acaso hay mucha gente, para poder estar en primera fila», comentó María, residente en la isla. Su amiga, Aroa, explicó que era la primera vez que iban a ver un concierto de Pablo Alborán.
«El otro día fuimos a verlo a su hotel pero no se quiso hacer una foto con nosotras», contó indignada Aroa, quien se enteró de donde se alojaba el cantante porque un familiar trabaja en ese hotel.
Un poco más tarde, sobre las 11.30 horas, llegaba Carla, quien también vive en Ibiza. «Esta es la más veterana», contó entre risas Aroa.
«Siempre está en todos los conciertos», añadió. Carla explicó que va a todos los conciertos que hay y le gustan, siempre en primera fila. «Fui al concierto de El Canto del Loco hace años, pero no fui a ver a Alejandro Sanz porque no me gusta», comentó Carla, quien añadió que va con un grupo de siete personas.
Las fans se colocaron justo frente a las taquillas, donde la organización del concierto tenía previsto que se hiciera la cola para comprar las entradas.
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